lunes, 24 de junio de 2013

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ESTRUCTURALES Y FUNCIONALES ENTRE EL SISTEMA DE TRASSPORTE SANGUINEO Y LINFATICO

Como una gran autopista que comunica todas las ciudades de un país y, a través de pequeños e intrincados caminos, los lugares más alejados, el sistema circulatorio se encarga de trasladar los elementos básicos que necesita nuestro cuerpo para funcionar.
Además, también se preocupa de servir de medio para sacar los desechos, para que circulen las hormonas que inhiben o estimulan funciones básicas y, más aún, facilita sus caminos para que actúen los sistemas defensivos del organismo. Incluso, se preocupa de mantenerse a una temperatura adecuada, pues sus variaciones también afectan al resto de nuestro cuerpo.
Para que esta supercarretera funcione y cumpla con sus misiones de alimentación, defensa y control de diversas acciones y de la temperatura corporal, necesita de un motor que la mantenga activada permanentemente. Esta función esencial la cumple el corazón. El sistema se completa con los conductos o vasos sanguíneos, que son las arterias, venas y capilares; y el fluido que transita por ellos, la sangre.




Sistema linfático

Es el encargado de drenar el plasma excedente generado a partir de los procesos de intercambio celular. Del mismo modo este sistema funciona como un verdadero filtro para atrapar bacterias y residuos del organismo.

La sangre transporta oxígeno y sustancias nutritivas a las células y recoge los productos de desecho, como el dióxido de carbono. Pero como no todo el plasma (la parte líquida de la sangre) involucrado en estos intercambios se reabsorbe por la circulación general, el que queda en los espacios existentes entre las células es drenado por el sistema linfático junto con otros elementos, como residuos celulares, grasas y proteínas. Por esta razón, se dice que el sistema linfático es la segunda máquina de transporte y drenaje de los sistemas celulares, participando también de una parte del sistema de defensa del organismo.
Los vasos linfáticos pequeños se unen entre sí para formar canales mayores que van al cuello y desembocan en las venas grandes. Los nódulos linfáticos se hallan en lugares estratégicos a lo largo de los vasos linfáticos de tamaño medio, y se encuentran en la rodilla, el codo, la axila, la ingle, el cuello, el abdomen y el pecho. Su función es la de actuar como filtros para atrapar a las bacterias y otros residuos.
Parte importante del sistema linfático lo constituyen el bazo, el timo y los ganglios linfáticos. El primero de ellos está implicado en la eliminación de células, y el segundo es necesario para obtener una inmunidad normal.



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